Desperté de un sueño aterrado. En él me había transportado al centro de control de las corporaciones bancarias. Era grande, diáfano, con todo lujo y comodidades, pero sobre todo aséptico. El mensaje era claro: Tenían las manos limpias. El trabajo sucio para su beneficio era cosa del estado. De esta forma la rueda seguía girando cada vez más engrasada para el pillaje sin límites. Y lo que era más importante, la sociedad zombie del voto lo había normalizado.
Los cadáveres, sufrimientos, calamidades, desgracias, suicidios, salarios de mierda y generaciones del no-futuro despojados poco a poco de su humanidad eran los daños colaterales de sus beneficios, pillajes y su razón de ser.
Salí angustiado de ese mausoleo bancario, comprendiendo que los bancos habían mutado a tanatorios para “enterrar” asépticamente a amplias capas sociales. La metamorfosis de banco a TANATORIO era ya una realidad.
L@s Nuestr@s, L@s Libres.