ASÍ LO VEMOS Y ASÍ LO CONTAMOS
Si tiene una mirada de loca. Si plantea locuras de macetas como solución al cambio climático. Si vive en un mundo de delirios… es que está loca.
Tiempos dónde la mercenarización mediática en su rol de palmeros, l@s endiosan, convirtiéndol@s en auténticos monstruos. Un mundo de negación de lo real es sustituido por la creación de un relato de mentiras. Un mundo pues amoral, degradado, donde manda la codicia. L@s carroñer@s están en la cúspide. Mandan.
La resultante es el sometimiento, la pobreza, la miseria y la deshumanización para amplias capas sociales. Las grandes declaraciones de derechos humanos y etc. del buenismo interclasista o transversal, que le dicen ahora l@s listill@s de la nada, hoy valen menos que el papel en el que están escritas.
En este caldo de cultivo, la maldad se expande, toda involución, lo reaccionario, lo casposo, en definitiva el magma del neofascismo surge renacido como el ave fénix.
El terreno lo tienen abonado, el ciclo histórico de la democracia burguesa llega a su fin. Ya no tienen necesidad de renegar de la democracia, ni ser un caballo de troya dentro, sino que simplemente la hacen suya y se la apropian. Primer paso hacia el control de esa ficción que es la representatividad. Italia y el avance a nivel europeo lo constatan. Tod@s est@s vienen para quedarse y marcar.
Es lógico que suceda cuando la izquierda viene en caída libre desde la II guerra mundial. Primero por su integración, y segundo y definitivo, por la caída de la URSS. La socialdemocracia se convirtió en los hijos bastardos del poder burgués. Hoy han pasado a ser los hijos ilegítimos, pero ya reconocidos. Los partidos comunistas tras la muerte de Stalin pasan de la confrontación a la línea colaboracionista, queriendo ocupar espacios de la socialdemocracia. Se integran. El cambio es sustancial, en sus áreas de influencia ya no gobiernan únicamente para sus iguales, sino para tod@s.
A la centralidad del reparto de la riqueza que es su razón de ser, se le superpone el posibilismo gradualista, que es situarse en el marco de reivindicar la mendicidad. Reivindicar el TODO, que en definitiva lo generamos nosotr@s, es pecado. Lugar de los iluminados y visionarios que si pasan a la acción les lanzarán el anatema de terrorismo. Así situados se legitima de esta forma el robo de la plusvalía por el poder burgués. Su único todo es derivar también su hacer a áreas interclasistas. ¡Que visión!
Han sido básicos en acabar con todo lo que está a su izquierda, desde la guerrilla, a los movimientos sociales y políticos. Grecia: la guerrilla que no aceptó los acuerdos de Yalta. Italia en los años 70-80: las Brigadas Rojas y grupos autónomos. Península Ibérica: los maquis en los años 50 (“El corazón del bosque” de Manuel Gutiérrez Aragón), o todo lo posterior en la mentira de la transición. Sin su colaboración, el cambio en el imaginario colectivo y creación del nuevo paradigma, no habría sido posible. Un nuevo inicio del “vivan las caenas”.
Una izquierda que camina de revés en revés y no se plantea salir del marco en el cual saben que no tienen recorrido, y han perdido ser referencia. Basta una mirada atrás para situarnos en la derrota del “Partido Comunista”, la creación consiguiente de “Izquierda Unida” con la integración en esa casa común de los pequeños partidos en desintegración. Con el posterior pase del testigo a los simétricos de la casta universitaria de “Podemos”. Ahora toca otra nueva reedición en “Sumar”. Nada nuevo. Sigue el ciclo de la nada mareando la perdiz.
Han perdido hasta ese mea culpa de la autocrítica, que como mucho cuestiona las formas de hacer. Nunca el fondo del dónde y para qué. Algo parecido a ir al confesionario de los hechiceros de la multinacional católica, que con los actos de contrición consiguientes, ya pueden seguir en la liturgia, la participación y el voto.
En realidad un mundo de zombis metidos en un bucle en el que dan vueltas sin encontrar salidas porque no las hay. Acomodad@s placentera y económicamente, se acostumbran y cuando frotan la lámpara de Aladino no sale el genio. Resuena por contra una palabra con fuerza: CATARSIS, una y otra vez. Tienen miedo. Saben que CATARSIS es “matar al padre” como autoridad, romper el cerco, derribar muros, las leyes de los poderosos que nos encierran, romper el techo de las luces de colores que nos ciegan e impiden ver las estrellas. Situarnos así en tiempos de ruptura, para iniciar así esa larga marcha de hombres y mujeres libres destruyendo con los hechos toda barrera.
Un faro para no perderse en el camino puede ser el del compañero anarquista juzgado en los años 20 del otro siglo en Barna. Cuando tomó la palabra soltó un discurso sobre la injusticia social y la sala abarrotada aplaudió. Al girarse los vio tan bien vestidos, que dijo: «Vaya gilipollez habré dicho para que todos estos me aplaudan».
NO VOTES, ORGANÍZATE Y LUCHA.
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