ABRE LOS OJOS.
Y llegó la pandemia, los elegidos del voto ya no firmaban órdenes de muerte. No era necesario. Habían generado las condiciones del genocidio de baja intensidad de jubilad@s en las residencias.
Que vuestros golpes en las puertas sean también en nuestras conciencias.
L@s nuestr@s, l@s libres.